lunes, 20 de octubre de 2014

ESTUDIOS BÍBLICOS ELA: ¿LISTOS PARA EL REY? (MATEO)

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Un Sueño Realizado
Mateo 8:1–10:42
¿Alguna vez ha soñado con algo tan bonito que ha pensado: “¡Quién pudiera realizar tal sueño!”? Desafortunadamente parece que estos sueños sólo se realizan en los cuentos de hadas.
En el tiempo de Jesús muchas personas soñaban con algo más bonito que lo que nosotros nos hemos podido imaginar. Este sueño incluía la llegada del Mesías para establecer un reino de paz aquí en la tierra, en el que todos gozaríamos una verdadera prosperidad. Se preguntaban si en verdad tal sueño, que se les había enseñado desde la niñez, podría realizarse.
Cristo vino a Su pueblo con el fin de convertir ese sueño en realidad. Al anunciar Su llegada, tenía que confirmarlo por medio del ministerio que llevaría a cabo.
Después de completar la lista de testigos quienes dieron testimonio que Jesús era el Mesías (1–4) y presentar el mensaje inicial de Cristo a Sus seguidores para revelar la clase de justicia que Dios exige para entrar al reino (5–7), Mateo da un resumen de la naturaleza del ministerio de Jesús, el Mesías (8–10).
Por medio de los diversos aspectos del ministerio presentado, Mateo demuestra que Jesús realizó lo que el pueblo esperaba que su Mesías lograra. La reacción de Juan desde la cárcel (11:2–3) demuestra la pregunta que el pueblo debía haberse hecho al observar estas evidencias.
Se presentan algunos indicios que la gente se preguntaba como debían de haberlo hecho (9:8, 33; 12:23). Sin embargo, los líderes respondieron que Jesús no podría ser el Mesías. Dieron el crédito por las obras hechas a Satanás (9:34; 12:24). Su explicación logró que, a pesar de tanta evidencia, la mayoría del pueblo dudara de la autenticidad de Jesús. Sin embargo, la evidencia sobreabundaba.
LAS ESPERANZAS REALIZADAS 8:1–9:38
Su Poder sobre la Enfermedad 8:1–17
Entre las demostraciones de que Jesús era el Mesías, una de las más notables era su poder sobre la enfermedad. Un leproso fue curado cuando pidió la ayuda de Jesús (8:1–4). La presentación de las ofrendas indicadas ante los sacerdotes debe haber sido suficiente prueba que el Mesías estaba presente. Ningún otro había logrado este milagro.
Un oficial romano pagano pidió la ayuda de Jesús para curar a un siervo paralítico que sufría (8:5–13). El ejemplo de su fe en Cristo presenta un contraste notable con la falta de fe de los líderes religiosos de Israel que debían de haber creído pero que rehusaron.
La suegra de Pedro fue curada de una fiebre severa y pudo levantarse para servirle al Señor y a sus compañeros (8:14–15). Estas personas eran nada más unos pocos ejemplos de los muchos que Jesús sanó de sus enfermedades y libró del poder de los demonios. Al correrse la fama de Jesús y de Su poder para curar a los enfermos, le trajeron muchos más para que les ayudara también.
Sus Exigencias para Sus Seguidores 8:18–22
Jesús les comunicó desde el principio que no sería fácil seguirle. El costo del discipulado es alto. Sus exigencias son serias. Quería advertirles que sólo quienes estaban convencidos y comprometidos de verdad le deberían seguir.
Su Poder sobre la Naturaleza 8:23–27
Jesús demostró Su autoridad sobre la naturaleza también al controlar el viento y el mar. Aun Sus propios discípulos se asustaron al ver esta manifestación de Su poder.
Su Poder sobre los Demonios 8:28–34
Al llegar al otro lado del mar, Jesús manifestó Su autoridad al librar a dos hombres endemoniados que habían sido totalmente imposibles de controlar. En contraste a los discípulos que creyeron al ver la manifestación de Su poder, el pueblo se asustó y pidió que salieran, a pesar del bien que habían hecho.
Su Poder para Perdonar Pecados 9:1–8
Jesús aprovechó la curación de un paralítico para demostrar Su autoridad para perdonar pecados. Cuando le confrontaron por Su “blasfemia”, Jesús les demostró que las dos cosas van juntas. Su facultad para sanar dio una evidencia objetiva externa de Su derecho para perdonar el pecado. La multitud reconoció las implicaciones del evento y alabaron a Dios por lo que había hecho por medio de Cristo.
Su Poder para Cambiar Vidas 9:9–13
Mateo se presenta también a sí mismo como un ejemplo de lo que Jesús pudo lograr en la vida del hombre. Jesús le tomó del puesto despreciado de cobrador de impuestos, con todas sus implicaciones ilícitas, y le cambió la vida.
Los fariseos no comprendieron este aspecto de la obra de Cristo. Creyeron que debían prestar su atención sólo a quienes ya estaban viviendo conforme a la ley, con todos sus deberes externos. Tuvieron que aprender lo que quería decir: “Misericordia quiero, y no sacrificio” (9:13). Para ellos todo era lo contrario. Su énfasis estaba en el sacrificio; no supieron nada de la misericordia, ni la divina, ni en su propia vida.
Su Poder sobre la Tradición 9:14–17
Los fariseos le confrontaron de nuevo porque no se conformaba a algunas de las prácticas tradicionales de los judíos, como el ayuno. Jesús utilizó varias ilustraciones para demostrar que se ha establecido un nuevo programa que no puede conformarse a las prácticas del sistema antiguo. Así Cristo demostró que Su autoridad era mayor que las tradiciones.
Su Poder sobre la Muerte 9:18–26
Jesús demostró Su autoridad sobre la muerte al sanar a la hija muerta de un líder del pueblo que había confiado en El. En el camino, curó a una mujer que había estado sangrando internamente por doce años sin ninguna ayuda adecuada para curarle. Le tocó por fe y fue curada (9:20–22). El atraso por su causa no presentó ningún impedimento para que Jesús sanara a la hija de Jairo. El tiempo no afectó la obra que tenía que hacer.
SE DIFUNDIO SU FAMA
POR TODA AQUELLA TIERRA
Su Poder sobre la Ceguera 9:27–31
La evidencia del poder de Jesús como Mesías siguió cuando curó a dos hombre ciegos. Estos hombres que no veían son un ejemplo a quienes pueden ver pero no quieren. Antes de su curación perseguían a Cristo hasta que les dio lo que necesitaban. Después, no se callaban aun cuando Cristo les había dicho que no se lo contaran a nadie.
Jesús trataba de evitar las multitudes que le seguían solamente por ver lo sensacional. Por eso, hizo esta prohibición. Su actitud fue todo lo contrario a lo de muchos que se presentan para sanar en el nombre de El, actualmente. A pesar de Su esfuerzo, la fama de lo que Jesús había hecho se difundió por todos lados.
“NUNCA SE HA VISTO COSA SEMEJANTE
EN ISRAEL”
Su Poder sobre la Mudez 9:32–34
Otra vez se manifestó Su autoridad cuando sanó a un hombre mudo por causa de un demonio. Se ven las dos reacciones distintas de los observadores. La gente responde maravillada que nunca se había visto tal cosa en Israel. Los líderes religiosos rechazaron toda la evidencia y echaron la culpa a Satanás. La evidencia era suficiente, pero ellos no querían creerla.
“POR EL PRINCIPE DE LOS DEMONIOS
ECHA FUERA LOS DEMONIOS”
Su Compasión por las Multitudes 9:35–37
La evidencia final de que Jesús era el Mesías fue su preocupación por el pueblo de Israel. Al ver su condición desesperada, como ovejas sin pastor, sintió compasión por ellos.
El trabajo pastoral les tocaba a los líderes religiosos del pueblo, a los sacerdotes, a los profetas y a otros. Sin embargo, tenían sus propios intereses. Por eso, no se preocupaban por el bien de las ovejas y éstas se quedaron a defenderse a sí mismas. Así que Cristo indica que los discípulos deberían orar para que Dios mandara a otros obreros para hacer la obra.
¡PENSEMOS!
La lista de evidencias de la autoridad de Jesús es impresionante. De nuevo nos lleva a la conclusión que la incredulidad de los líderes no era por falta de suficientes pruebas. No creyeron en El, a pesar de lo visto, porque no querían confiar.
Haga una lista de las obras que demuestran el poder de Jesús. Si Cristo podía hacer todo esto, ¿Habrá algún problema suyo que no pueda resolver? ¿A qué problema tiene que enfrentarse en su propia vida? ¿Puede Cristo resolverlo? ¿Por qué seguir luchando para solucionarlo? ¡Entrégueselo ahora mismo!
LA RESPUESTA DE LOS DISCIPULOS 10:1–42
Su Llamamiento 10:1–4
La respuesta a la oración antes mencionada se encuentra en la comisión de los mismos discípulos. Se nota en el proceso de preparación de estos nuevos embajadores, cuatro pasos que Cristo siguió:
* Les invitó a colaborar con El.
* Les enseñó con Su palabra y Su ejemplo.
* Les mandó a orar por la necesidad.
* Les envió como Sus representantes.
¡PENSEMOS!
El patrón para la preparación de líderes que el Señor nos dejó no ha sido superado. Al buscar nuevos dirigentes para la obra de Dios, no hay mejor forma de prepararlos que ésta que El Señor utilizó.
Pídale a Dios que le ayude a identificar alguna persona apta para servir a Dios en su iglesia. Contando con la dirección del Señor, haga un plan de trabajo para guiar a esa persona, a través de estos cuatro pasos, al servicio de Dios. El proceso es largo pero no hay mejor inversión del tiempo que ésta.
Su Comisión 10:5–10
La compasión de Jesús por las multitudes extraviadas le motiva a enviar a Sus discípulos con el mensaje del reino. Su aceptación de El, juntamente con la obediencia a Su comisión, es un testimonio que ellos reconocen Su autoridad como el Mesías.
La comisión que Jesús les da es para dirigirse a las ovejas perdidas, que se han quedado sin pastor, de la casa de Israel. Deben llenar el vacío dejado. Las ovejas que quieren seguir a Dios les seguirán. Estas mismas ovejas proveerán toda necesidad física de los discípulos que les llevan la verdad. Por lo tanto, no deben llevar ninguna provisión para el camino.
“EL QUE A VOSOTROS RECIBE,
A MI ME RECIBE;
Y EL QUE ME RECIBE A MI,
RECIBE AL QUE ME ENVIO”.
Después de instruirles en cuanto a su tarea inmediata, Jesús se proyecta hacia el futuro y les advierte de lo que sufrirán después de Su salida, siendo Sus representantes todavía. Aunque los hombres tratarán de destruirlos, no se deben preocupar. Podrán contar con la ayuda de Dios. Además, pueden estar seguros que la oposición no es en contra de ellos, sino de Jesús mismo (10:16–42).
¡PENSEMOS!
Considere las promesas que Jesús presenta a los discípulos en cuanto a su ministerio futuro como sus embajadores (10:16–42). Haga un resumen de los principios enseñados. ¿De cuáles cosas pueden estar seguros? ¿Cómo deben afectar estos principios su ministerio?
¿Cuáles de éstos podrían afectarnos a nosotros hoy? ¿Cómo deben afectar nuestro ministerio?


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