viernes, 31 de octubre de 2014

GENESIS CAPITULO 20-NTV

Génesis 20 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Abraham engaña a Abimelec

20 Abraham se trasladó hacia el sur, al Neguev, y vivió un tiempo entre Cades y Shur; luego siguió hasta Gerar. Mientras vivía allí como extranjero, Abraham presentó a su esposa, Sara, diciendo: «Ella es mi hermana». Entonces el rey Abimelec de Gerar mandó llamar a Sara e hizo que la trajeran ante él a su palacio.
Esa noche Dios se le apareció a Abimelec en un sueño y le dijo:
—Eres hombre muerto, porque esa mujer que has tomado ¡ya está casada!
Sin embargo, Abimelec todavía no había dormido con ella, así que dijo:
—Señor, ¿destruirás a una nación inocente? ¿Acaso no me dijo Abraham: “Ella es mi hermana”? Y ella misma dijo: “Sí, él es mi hermano”. ¡Yo he actuado con total inocencia! Mis manos están limpias.
En el sueño, Dios respondió:
—Sí, yo sé que tú eres inocente. Por eso no permití que pecaras contra mí ni dejé que la tocaras. Ahora devuelve la mujer a su esposo; y él orará por ti, porque es profeta. Entonces vivirás; pero si no la devuelves, puedes estar seguro de que tú y todo tu pueblo morirán.
A la mañana siguiente, Abimelec se levantó temprano y enseguida reunió a todos sus siervos. Cuando les dijo a sus hombres lo que había ocurrido, ellos quedaron aterrados. Entonces Abimelec mandó llamar a Abraham.
—¿Qué nos has hecho? —preguntó—. ¿Qué delito he cometido que merezca un trato como este, que nos haces culpables a mí y a mi reino de este gran pecado? ¡Nadie debería hacer jamás lo que tú has hecho! 10 ¿Qué te llevó a cometer semejante acto?
11 Abraham contestó:
—Yo pensé: “Este es un lugar donde no hay temor de Dios. Ellos querrán tener a mi esposa y me matarán para conseguirla”. 12 Ella de verdad es mi hermana, pues ambos tenemos el mismo padre, aunque diferentes madres; y yo me casé con ella. 13 Cuando Dios me llamó a abandonar la casa de mi padre y a viajar de lugar en lugar, le dije a ella: “Hazme un favor, por donde vayamos, dile a la gente que yo soy tu hermano”.
14 Entonces Abimelec tomó algunas de sus ovejas y cabras, ganado y también siervos y siervas, y entregó todo a Abraham. Además le devolvió a su esposa, Sara. 15 Después Abimelec le dijo:
—Revisa mis tierras y escoge cualquier lugar donde te gustaría vivir.
16 Y le dijo a Sara:
—Mira, le entrego a tu “hermano” mil piezas de plata[a] en presencia de todos estos testigos, para compensarte por cualquier daño que pudiera haberte causado. Esto resolverá todo reclamo contra mí, y tu reputación quedará limpia.
17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su esposa y a sus siervas para que pudieran tener hijos. 18 Pues el Señor había hecho que todas las mujeres quedaran estériles debido a lo que pasó con Sara, la esposa de Abraham.

Footnotes:

  1. 20:16 En hebreo 1000 [siclos] de plata, aproximadamente 11,4 kilos o 25 libras de peso.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

GENESIS CAPITULO 19-NTV

Génesis 19 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Destrucción de Sodoma y Gomorra

19 Al anochecer, los dos ángeles llegaron a la entrada de la ciudad de Sodoma. Lot estaba allí sentado y, cuando los vio, se puso de pie para recibirlos. Entonces les dio la bienvenida y se inclinó rostro en tierra.
—Señores míos —dijo él—, vengan a mi casa para lavarse los pies, y sean mis huéspedes esta noche. Entonces mañana podrán levantarse temprano y seguir su camino.
—Oh, no —respondieron ellos—. Pasaremos la noche aquí, en la plaza de la ciudad.
Pero Lot insistió, y finalmente ellos fueron con él a su casa. Lot preparó un banquete para ellos, con pan sin levadura recién horneado, y ellos comieron; pero antes de que se fueran a dormir, todos los hombres de Sodoma, tanto jóvenes como mayores, llegaron de todas partes de la ciudad y rodearon la casa. Y le gritaron a Lot:
—¿Dónde están los hombres que llegaron para pasar la noche contigo? ¡Haz que salgan para que podamos tener sexo con ellos!
Entonces Lot salió de la casa para hablar con ellos y cerró la puerta detrás de sí.
—Por favor, hermanos míos —suplicó—, no hagan una cosa tan perversa. Miren, tengo dos hijas vírgenes. Déjenme traerlas, y podrán hacer con ellas lo que quieran. Pero les ruego que dejen en paz a estos hombres, porque son mis huéspedes y están bajo mi protección.
—¡Hazte a un lado! —gritaron ellos—. Este tipo llegó a la ciudad como forastero, ¡y ahora actúa como si fuera nuestro juez! ¡Te trataremos mucho peor que a esos hombres!
Y se lanzaron contra Lot para tirar la puerta abajo.
10 Pero los dos ángeles[a] extendieron la mano, metieron a Lot dentro de la casa y pusieron el cerrojo a la puerta. 11 Luego dejaron ciegos a todos los hombres que estaban en la puerta de la casa, tanto jóvenes como mayores, los cuales abandonaron su intento de entrar.
12 Mientras tanto, los ángeles le preguntaron a Lot:
—¿Tienes otros familiares en esta ciudad? Sácalos de aquí, a tus yernos, hijos, hijas o cualquier otro, 13 porque estamos a punto de destruir este lugar por completo. El clamor contra esta ciudad es tan grande que ha llegado hasta el Señor, y él nos ha enviado para destruirla.
14 Entonces Lot salió con prisa a contarles a los prometidos de sus hijas: «¡Rápido, salgan de la ciudad! El Señor está a punto de destruirla»; pero los jóvenes pensaron que lo decía en broma.
15 Al amanecer de la mañana siguiente, los ángeles insistieron:
—Apresúrate —le dijeron a Lot—. Toma a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí. ¡Vete ahora mismo, o serás arrastrado en la destrucción de la ciudad!
16 Como Lot todavía titubeaba, los ángeles lo agarraron de la mano, y también a su esposa y a sus dos hijas, y los llevaron enseguida a un lugar seguro fuera de la ciudad, porque el Señor tuvo misericordia de ellos. 17 Cuando quedaron a salvo fuera de la ciudad, uno de los ángeles ordenó:
—¡Corran y salven sus vidas! ¡No miren hacia atrás ni se detengan en ningún lugar del valle! ¡Escapen a las montañas, o serán destruidos!
18 —¡Oh, no, mi señor! —suplicó Lot—. 19 Ustedes fueron tan amables conmigo y me salvaron la vida, y han mostrado una gran bondad; pero no puedo ir a las montañas. La destrucción me alcanzaría allí también, y pronto moriría. 20 Miren, hay una pequeña aldea cerca. Por favor, déjenme ir allá; ¿no ven lo pequeña que es? Así no perderé la vida.
21 —Está bien —dijo el ángel—, concederé tu petición. No destruiré la pequeña aldea. 22 ¡Pero apresúrate! Escapa a la aldea, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí.
(Esto explica por qué aquella aldea se conocía como Zoar, que significa «lugar pequeño»).
23 Lot llegó a la aldea justo cuando el sol salía en el horizonte. 24 Enseguida el Señor hizo llover de los cielos fuego y azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra. 25 Las destruyó por completo, junto con las demás ciudades y aldeas de la llanura. Así arrasó a todas las personas y a toda la vegetación; 26 pero la esposa de Lot miró hacia atrás mientras lo seguía y quedó convertida en una estatua de sal.
27 Abraham se levantó temprano esa mañana y salió de prisa al lugar donde había estado en la presencia del Señor. 28 Miró al otro lado de la llanura, hacia Sodoma y Gomorra, y vio que subían columnas de humo desde las ciudades como si fuera el humo de un horno.
29 Pero Dios había escuchado la petición de Abraham y salvó la vida de Lot, a quien sacó del desastre que se tragó a las ciudades de la llanura.

Lot y sus hijas

30 Tiempo después, Lot abandonó Zoar porque tenía miedo de la gente de allí y fue a vivir a una cueva en las montañas junto con sus dos hijas. 31 Cierto día, la hija mayor le dijo a su hermana: «No quedan hombres en ningún lugar de esta región, así que no podemos casarnos como todas las demás; y nuestro padre pronto será demasiado viejo para tener hijos. 32 Ven, vamos a emborracharlo con vino, y después tendremos sexo con él. De esa forma preservaremos nuestra descendencia por medio de nuestro padre».
33 Así que aquella noche lo emborracharon con vino, y la hija mayor entró y tuvo relaciones sexuales con su padre. Él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó.
34 A la mañana siguiente, la hermana mayor le dijo a la menor: «Anoche tuve sexo con nuestro padre. Volvamos a emborracharlo con vino esta noche, y tú entrarás y tendrás sexo con él. De esa forma preservaremos nuestra descendencia por medio de nuestro padre». 35 Así que aquella noche ellas volvieron a emborracharlo con vino, y la hija menor entró y tuvo relaciones sexuales con él. Igual que antes, él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni cuando se levantó.
36 Como resultado, las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su propio padre. 37 Cuando la hija mayor dio a luz un hijo, le puso por nombre Moab.[b] Él llegó a ser padre de la nación conocida ahora como los moabitas. 38 Cuando la hija menor dio a luz un hijo, le puso por nombre Ben-ammi.[c] Él llegó a ser padre de la nación conocida ahora como los amonitas.

Footnotes:

  1. 19:10 En hebreo hombres; también en 19:12, 16.
  2. 19:37 Moab suena como un término hebreo que significa «del padre».
  3. 19:38 Ben-ammi significa «hijo de mi pariente».
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

GENESIS CAPITULO 18-NTV

Génesis 18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Sara recibe la promesa de un hijo

18 El Señor se le apareció otra vez a Abraham cerca del robledo que pertenecía a Mamre. Un día, Abraham estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día. Entonces levantó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de allí. Cuando los vio, corrió a recibirlos, y se inclinó hasta el suelo en señal de bienvenida.
—Mi señor —dijo él—, si le agrada, deténgase aquí un rato. Descansen bajo la sombra de este árbol mientras les traen agua para lavarse los pies. Ya que han honrado a su siervo con esta visita, permítanme prepararles comida para que recobren fuerzas antes de continuar su viaje.
—Está bien —dijeron ellos—. Haz lo que dijiste.
Entonces Abraham volvió corriendo a la carpa y le dijo a Sara: «¡Apresúrate! Toma tres medidas abundantes[a] de la mejor harina que tengas, amásala y hornea pan». Luego Abraham corrió hacia el rebaño, escogió un becerro tierno y se lo dio a su siervo, quien lo preparó con rapidez. Cuando la comida estuvo lista, Abraham tomó yogur[b] y leche junto con la carne asada, y sirvió la comida a los hombres. Mientras ellos comían, Abraham los atendía bajo la sombra de los árboles.
—¿Dónde está Sara, tu esposa? —preguntaron los visitantes.
—Está dentro de la carpa —contestó Abraham.
10 Entonces uno de ellos dijo:
—Yo volveré a verte dentro de un año, ¡y tu esposa, Sara, tendrá un hijo!
Sara escuchaba la conversación desde la carpa. 11 Abraham y Sara eran muy ancianos en ese tiempo, y hacía mucho que Sara había pasado la edad de tener hijos. 12 Así que se rió en silencio dentro de sí misma, y dijo: «¿Cómo podría una mujer acabada como yo disfrutar semejante placer, sobre todo cuando mi señor —mi esposo— también es muy viejo?».
13 Entonces el Señor le dijo a Abraham:
—¿Por qué se rió Sara y dijo: “¿Acaso puede una mujer vieja como yo tener un bebé?”? 14 ¿Existe algo demasiado difícil para el Señor? Regresaré dentro de un año, y Sara tendrá un hijo.
15 Sara tuvo miedo, por eso lo negó:
—Yo no me reí.
Pero el Señor dijo:
—No es cierto, sí te reíste.

Abraham intercede por Sodoma

16 Después de haber comido, los hombres se levantaron y miraron hacia Sodoma. Cuando salieron, Abraham caminó un tramo con ellos para despedirlos.
17 «¿Ocultaré mis planes a Abraham? —preguntó el Señor—. 18 Pues Abraham sin duda llegará a formar una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de él. 19 Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré por Abraham todo lo que he prometido».
20 Así que el Señor le dijo a Abraham:
—He oído un gran clamor desde Sodoma y Gomorra, porque su pecado es muy grave. 21 Bajaré para ver si sus acciones son tan perversas como he oído. Si no es así, quiero saberlo.
22 Los otros hombres se dieron la vuelta y se dirigieron a Sodoma, pero el Señor se quedó con Abraham. 23 Abraham se le acercó y dijo:
—¿Destruirás tanto al justo como al malvado? 24 Supongamos que encuentras cincuenta personas justas en la ciudad, ¿aun así la destruirás y no la perdonarás por causa de los justos? 25 Seguro que tú no harías semejante cosa: destruir al justo junto con el malvado. ¡Pues estarías tratando al justo y al malvado exactamente de la misma manera! ¡Sin duda, tú no harías eso! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no haría lo que es correcto?
26 Y el Señor contestó:
—Si encuentro cincuenta personas justas en Sodoma, perdonaré a toda la ciudad por causa de ellos.
27 Entonces Abraham volvió a hablar:
—Ya que he comenzado, permíteme decir algo más a mi Señor, aunque no soy más que polvo y cenizas. 28 Supongamos que hubiera solo cuarenta y cinco justos en vez de cincuenta. ¿Destruirás toda la ciudad aunque falten cinco?
El Señor le dijo:
—No la destruiré si encuentro cuarenta y cinco justos allí.
29 Entonces Abraham insistió en su petición:
—¿Supongamos que hubiera solamente cuarenta?
El Señor le contestó:
—No la destruiré por causa de esos cuarenta.
30 —Por favor, no te enojes, mi Señor —rogó Abraham—. Permíteme seguir hablando. ¿Supongamos que se encontraran solamente treinta justos?
El Señor le contestó:
—No la destruiré si encuentro treinta.
31 Entonces Abraham dijo:
—Dado que me he atrevido a hablar al Señor, permíteme continuar. ¿Supongamos que hay solamente veinte?
El Señor le contestó:
—Entonces no la destruiré por causa de esos veinte.
32 Finalmente, Abraham dijo:
—Señor, por favor, no te enojes conmigo si hablo una vez más. ¿Y si hubiera tan solo diez?
Y el Señor contestó:
—Entonces no la destruiré por causa de esos diez.
33 Cuando el Señor terminó la conversación con Abraham, siguió su camino, y Abraham regresó a su carpa.

Footnotes:

  1. 18:6 En hebreo 3 seahs, unos 22 litros o 20 cuartos.
  2. 18:8 O cuajada.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados

LIBRO DE GENESIS

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-1-pdt.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-2-pdt.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-3-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-4-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-5-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-6-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-7-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-8-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-9-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-10-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-11-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-12-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-13-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-14-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-15-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-16-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-17-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-18-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-19-ntv.html

http://juan3-16ministries.blogspot.mx/2014/10/genesis-capitulo-20-ntv_31.html

GENESIS CAPITULO 17-NTV

Génesis 17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

De Abram a «Abraham»

17 Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sírveme con fidelidad y lleva una vida intachable. Yo haré un pacto contigo, por medio del cual garantizo darte una descendencia incontable».
Al oír eso, Abram cayó rostro en tierra. Después Dios le dijo: «Este es mi pacto contigo: ¡te haré el padre de una multitud de naciones! Además, cambiaré tu nombre. Ya no será Abram, sino que te llamarás Abraham,[a] porque serás el padre de muchas naciones. Te haré sumamente fructífero. Tus descendientes llegarán a ser muchas naciones, ¡y de ellos surgirán reyes!
»Yo confirmaré mi pacto contigo y con tus descendientes[b] después de ti, de generación en generación. Este es el pacto eterno: yo siempre seré tu Dios y el Dios de todos tus descendientes, y les daré a ti y a tus descendientes toda la tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero. Será posesión de ellos para siempre, y yo seré su Dios».

La marca del pacto

Entonces Dios le dijo a Abraham: «Es tu responsabilidad obedecer las condiciones del pacto. Tanto tú como todos tus descendientes tendrán esta responsabilidad de por vida. 10 Este es el pacto que tú y tus descendientes deben cumplir: todo varón entre ustedes debe ser circuncidado. 11 Debes cortar la carne del prepucio como señal del pacto entre tú y yo. 12 De generación en generación, todo varón debe ser circuncidado al octavo día de su nacimiento. Esto incluye no solamente a los miembros de tu familia sino también a los siervos nacidos en tu casa y a los siervos extranjeros que hayas comprado. 13 Todos deben ser circuncidados. Llevarán en su cuerpo la marca de mi pacto eterno. 14 Todo varón que no sea circuncidado será excluido de la familia del pacto por romper el pacto».

De Sarai a «Sara»

15 Entonces Dios le dijo a Abraham: «Con respecto a Sarai, tu esposa, su nombre no será más Sarai. A partir de ahora, se llamará Sara.[c] 16 Y yo la bendeciré, ¡y te daré un hijo varón por medio de ella! Sí, la bendeciré en abundancia, y llegará a ser la madre de muchas naciones. Entre sus descendientes, habrá reyes de naciones».
17 Entonces Abraham se postró hasta el suelo, pero se rió por dentro, incrédulo. «¿Cómo podría yo ser padre a la edad de cien años? —pensó—. ¿Y cómo podrá Sara tener un bebé a los noventa años?». 18 Así que Abraham le dijo a Dios:
—¡Que Ismael viva bajo tu bendición especial!
19 Pero Dios le respondió:
—No. Sara, tu esposa, te dará a luz un hijo. Le pondrás por nombre Isaac,[d] y yo confirmaré mi pacto con él y con sus descendientes como pacto eterno. 20 Con respecto a Ismael, también a él lo bendeciré, tal como me has pedido. Haré que sea muy fructífero y multiplicaré su descendencia. Llegará a ser padre de doce príncipes, y haré de él una gran nación; 21 pero mi pacto se confirmará con Isaac, quien nacerá de ti y de Sara dentro de un año.
22 Cuando Dios terminó de hablar, dejó a Abraham.
23 Ese mismo día, Abraham tomó a su hijo Ismael, y a todos los varones de su casa, tanto los que habían nacido allí como los que había comprado; y los circuncidó cortándoles el prepucio, tal como Dios le había dicho. 24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado, 25 y su hijo Ismael tenía trece. 26 Tanto Abraham como su hijo Ismael fueron circuncidados ese mismo día, 27 y también los demás varones de la casa, los nacidos allí y los comprados como siervos. Todos fueron circuncidados junto con él.

Footnotes:

  1. 17:5 Abram significa «exaltado padre»; Abraham suena como un término hebreo que significa «padre de muchos».
  2. 17:7 En hebreo simiente; también 17:7b, 8, 9, 10, 19.
  3. 17:15 Tanto Sarai como Sara significan «princesa»; el cambio en la escritura tal vez refleje la diferencia entre los dialectos de Ur y Canaán.
  4. 17:19 Isaac significa «él ríe».
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados

GENESIS CAPITULO 16-NTV

Génesis 16 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Nacimiento de Ismael

16 Ahora bien, Sarai, la esposa de Abram, no había podido darle hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Agar. Entonces Sarai le dijo a Abram: «El Señor no me ha permitido tener hijos. Ve y acuéstate con mi sierva; quizá yo pueda tener hijos por medio de ella». Y Abram aceptó la propuesta de Sarai. Entonces Sarai, la esposa de Abram, tomó a Agar, la sierva egipcia, y la entregó a Abram como mujer. (Esto ocurrió diez años después de que Abram se estableció en la tierra de Canaán).
Así que Abram tuvo relaciones sexuales con Agar, y ella quedó embarazada; pero cuando Agar supo que estaba embarazada, comenzó a tratar con desprecio a su señora, Sarai. Entonces Sarai le dijo a Abram:
—¡Todo esto es culpa tuya! Puse a mi sierva en tus brazos pero, ahora que está embarazada, me trata con desprecio. El Señor mostrará quién está equivocado, ¡tú o yo!
Abram respondió:
—Mira, ella es tu sierva, así que haz con ella como mejor te parezca.
Entonces Sarai comenzó a tratar a Agar con tanta dureza que al final ella huyó.
El ángel del Señor encontró a Agar en el desierto junto a un manantial de agua, en el camino que lleva a Shur. El ángel le dijo:
—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y hacia dónde vas?
—Estoy huyendo de mi señora, Sarai —contestó ella.
El ángel del Señor le dijo:
—Regresa a tu señora y sométete a su autoridad.
10 Después añadió:
—Yo te daré más descendientes de los que puedas contar.
11 El ángel también dijo:
—Ahora estás embarazada y darás a luz un hijo. Lo llamarás Ismael (que significa “Dios oye”), porque el Señor ha oído tu clamor de angustia. 12 Este hijo tuyo será un hombre indomable, ¡tan indomable como un burro salvaje! Levantará su puño contra todos, y todos estarán en su contra. Así es, vivirá en franca oposición con todos sus familiares.
13 A partir de entonces, Agar utilizó otro nombre para referirse al Señor, quien le había hablado. Ella dijo: «Tú eres el Dios que me ve»[a]. También dijo: «¿De verdad he visto a Aquel que me ve?». 14 Así que ese pozo fue llamado Beer-lajai-roi (que significa «pozo del Viviente que me ve»). Aún se encuentra entre Cades y Bered.
15 Entonces Agar le dio un hijo a Abram, y Abram lo llamó Ismael. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando nació Ismael.

Footnotes:

  1. 16:13 En hebreo El-roi.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados

¿ESTAS SEGURO DE QUE ESTAS SEGURO?-31 DE OCTUBRE 2014

OCTUBRE
31
¿Estás seguro de que estás seguro?
Lectura bíblica: 2 Timoteo 1:9–14
Yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 2 Timoteo 1:12
Ricardito tenía miedo de meterse en la cama a la noche. No se podía dormir por los pensamientos espeluznantes que le venían a la cabeza. Veía formas escalofriantes flotando por el cielo raso. Tenía miedo de que había monstruos escondidos en las sombras de su ropero. Le parecía oír que seres con gigantescos colmillos masticaban la pelusa debajo de su cama.
Créelo o no, algunos estamos obsesionados con preguntas espirituales aún más aterradoras. Nos preguntamos: ¿Soy realmente salvo? ¿Realmente ha cambiado algo en mi vida? Si soy salvo, ¿por qué no me siento distinto? O pensamos: A lo mejor no soy realmente salvo. Quizá no hice lo correcto para aceptar a Cristo.
Tema para comentar: ¿Alguna vez te preocupas de que no eres salvo?
Para Satanás, el enemigo de tu alma, cada día es una fiesta. Satanás está siempre ocupado, tratando de que tengas miedo de que la verdad no sea verdad y de hacerte dudar de tu salvación, de la verdad que realmente perteneces a Dios.
Las dudas son comunes. Pero el creyente no tiene que sentirse salvo para ser salvo, así como un millonario no tiene que sentirse rico para serlo.
En 2 Timoteo 1:12, Pablo dijo algunas cosas asombrosas de unas maneras interesantes. Dijo que “yo sé a quien he creído”, no sólo “en qué he creído”. Dijo también: “estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito”. Pablo no estaba basando su fe en hechos, sino en un amigo del que podía depender. Estaba confiando en el Dios que había dado pruebas de que era digno de confianza.
Cuando dudas si realmente eres salvo, lee Isaías 12:2 en voz alta y varias veces: “¡He aquí Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré, porque Jehovah es mi fortaleza y mi canción, él es mi salvación”. Luego ora en voz alta esta oración basada en pasajes bíblicos:
Padre, tú eres el que me salva. Ayúdame a confiar en ti y a no tener miedo. Tú me das fuerza y me haces cantar. Ayúdame a acercarme a ti con un corazón sincero y una fe segura. Toma mi corazón y hazme saber con seguridad que el evangelio es verdad. Gracias por tu promesa de que te pertenezco a ti hoy y para siempre. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén. (Ver Isaías 12:2; 1 Tesalonicenses 1:5; Hebreos 10:22).
PARA DIALOGAR: ¿Dudas alguna vez de que eres salvo? Dedica algo de tiempo a buscar los pasajes bíblicos adicionales mencionados en la lectura.
PARA ORAR: Señor, ¡gracias porque podemos confiarte nuestra vida ahora y siempre!
PARA HACER: Escribe la oración mencionada. Colócala donde puedas verla con frecuencia hasta que Dios te dé la seguridad de tu salvación.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 31 de 

jueves, 30 de octubre de 2014

ROCA DE MI SALVACION

Jesucristo es la Roca y Nuestra Salvación. Amen.

ACÉPTALO Y DISFRÚTALO!-30 DE OCTUBRE 2014

OCTUBRE
30
¡Acéptalo y disfrútalo!
Lectura bíblica: Hebreos 10:11–14
[Jesús] habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Dios. Hebreos 10:12
Nilda le contó un secreto a Ángela. Y adivina qué pasó. Ángela se lo contó a alguien. Desde entonces, Ángela se ha sentido como una traidora, una falsa, especialmente desde que Nilda se enteró del asunto. Ahora, todas las mañanas yendo a la escuela en el ómnibus, Ángela le pide perdón.
Por fin Nilda la hizo callar.
—Ángela —le dijo—, ya te he perdonado.
—Pero quiero estar segura de que seguimos siendo amigas —insistió ella.
—Por supuesto que sí —dijo Nilda—. Tienes que creerme que te he perdonado.
Como suele suceder con nuestras relaciones humanas, a algunos cristianos les cuesta creer que Dios realmente les ha perdonado sus pecados. Se imaginan a Dios guardando un registro de todos nuestros pecados, esperando el día en que los sacará a luz y los usará en nuestra contra.
Para sentir la libertad del perdón de Dios, toma estos pasos:
1.     Recuerda que Dios te ama incondicionalmente. Eres el hijo especial de Dios. Él pagó el precio de tu salvación del pecado, la muerte de su único Hijo unigénito. Cuando aceptas el regalo de salvación que Dios te da recibes su perdón y te conviertes en su propio hijo. A veces todavía desobedeces a Dios, y lo entristeces (ver Efesios 4:30). Seguro, es posible que Dios te discipline por tu pecado. Pero eso también lo hace por amor, porque quiere que te quedes cerca de él y recibas lo mejor que tiene reservado para ti (ver Hebreos 12:5–12).
2.     Confiesa tus pecados. Todos alguna vez desobedecemos a Dios debido a nuestra naturaleza de pecado (ver Romanos 7:20–25). Según la Palabra de Dios, la solución comienza con una confesión (ver 1 Juan 1:9). Confesar significa coincidir con Dios en que tu desobediencia es un pecado. Dios ya percibe totalmente tus actitudes y acciones pecadoras, pero quiere que las admitas, que te humilles delante de él y que tengas la experiencia de que te diga: “Te perdono”.
3.     Acepta el perdón de Dios. Cristo ya te ha perdonado una vez y para siempre por medio de su muerte en la cruz (ver Hebreos 10:12–14; 1 Pedro 3:18). Pero para apartarte del pecado y emprender un nuevo rumbo es importante que admitas que necesitas ser perdonado y que aceptes el perdón que ya es tuyo.
Aceptar el perdón es como descubrir un tesoro enterrado en el fondo de tu propia casa. El perdón cariñoso de Dios ya es tuyo. ¡Desentiérralo y disfrútalo!
PARA DIALOGAR: ¿Resulta más difícil aceptar el perdón de Dios por ciertos pecados que por otros? ¿Por qué sí o por qué no?
PARA ORAR: Padre, ayúdanos a confesar nuestros pecados y seguir adelante en la luz de tu amor y tu perdón.
PARA HACER: ¿Todavía tienes problemas en aceptar la idea de que eres perdonado? Habla con un cristiano maduro acerca de lo que sientes.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 30 de octubre

miércoles, 29 de octubre de 2014

EN TU PRESENCIA

Alabanza que nos lleva a anhelar estar ante la Presencia de Dios, ante el dolor de este mundo , por la perdida de un ser querido, nuestro consuelo es estar en Su Presencia, porque El es " La Resurrección y La Vida"

ESTUDIOS BÍBLICOS ELA: ¿LISTOS PARA EL REY? (MATEO)

8
Como Vivir Frente A La Oposición
Mateo 16:13–18:35
Cuando la oposición ya había llegado a ser notoria a todos, Jesús se apartó con Sus discípulos y empezó a enseñarles y a prepararles para el futuro. La oposición a Jesús tendría implicaciones para ellos también. Quería prepararles para lo que iba a suceder.
CONFIRMACION EN PRIVADO 16:13–17:21
Los seguidores de Cristo no esperaban los sucesos que iban a observar. Tampoco pensaba Israel que tal cosa podría afectar a su Mesías. Por eso, con el fin de asegurar a Sus seguidores que estos eventos formaban parte del plan de Dios para Su Mesías, Jesús aprovechó esta oportunidad para revelar el propósito de Dios y confirmar Su identidad y función.
Revelación de la Persona de Jesús 16:13–16
Primero Jesús afirma que El es el Mesías. No quería que ninguno tuviera dudas en cuanto a Su propia identificación como Mesías. La confesión de Pedro en cuanto a quién es Jesús sería la base sobre la cual la iglesia se establecería (16:17–18).
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Si esto no fuera cierto, la iglesia no tendría nada que ofrecer. Jesús confirma la profesión de Pedro al reconocer que ésta había venido de Dios; no de los hombres.
“TU ERES EL CRISTO,
EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE”
Revelación del Programa de Jesús 16:17–26
Tal como la profesión de Pedro de confiar en Cristo vendría a formar el fundamento para la iglesia en el futuro, aquí se usa como la base de toda la revelación que Cristo quiere comunicarles acerca de la iglesia (16:17–18).
Jesús le dio a Pedro, y a los otros discípulos juntamente con él, las llaves del reino (vea también 18:18; Jn. 20:23). Tendrían autoridad como administradores sobre el nuevo programa de Dios. Serían Sus voceros para hablar en Su lugar en la revelación del plan de Dios para esta nueva época (16:19).
“SOBRE ESTA ROCA EDIFICARE MI IGLESIA”
A pesar de los ataques de Satanás que seguramente se lanzarían contra la iglesia, ésta se quedaría indestructible. No podría morir. Sin embargo, todavía no era la hora para revelar al mundo este mensaje. Por el momento Jesús les advierte que no anuncien todavía que El es el Mesías (16:20).
El plan de Dios para el presente es que Cristo muera y se levante de los muertos. Pedro demuestra su naturaleza humana normal al rechazar esta parte del plan de Dios. Tal cosa no corresponde para nada con su concepto del Mesías.
Cristo le advierte a Pedro que está pensando como hombre. No comprende el plan de Dios. Dios sabe que al sacrificar todo, Jesús proveería vida para todos. Si protege su propia vida, perderá todo Su propósito al haber venido al mundo. Los discípulos tienen que aprender esta verdad también (16:21–27).
“¡QUITATE DE DELANTE DE MI, SATANAS!”
Revelación del Reino de Jesús 16:27–17:21
Después de predecir Su propia muerte y el nuevo programa de Dios, Cristo llevó a Pedro, Jacobo y Juan a la montaña donde les revela Su gloria. Esta revelación es la confirmación definitiva que Jesús es de verdad el Mesías. Tal confirmación no es para todo Israel, sino para un grupo selecto de los que buscan la verdad. Dios se la demuestra claramente (16:27–17:21).
La Promesa 16:27–17:9
Jesús promete que algunos de los que están con El verían la venida del Mesías en toda Su gloria antes de morir (16:27–28). Dentro de pocos días Jesús lleva a tres de ellos al monte donde le ven transformado. Les revela Su gloria, tal como había prometido (17:1–9).
Pedro demuestra su comprensión del significado de este evento al pedir la celebración de la fiesta de los tabernáculos (17:4). La fiesta miraba hacia un día futuro cuando se establecería el reino. La llegada del Mesías indicaba el momento propicio para celebrarla.
LA REVELACION DE LA GLORIA DE DIOS
CONFIRMO QUE JESUS ES EL MESIAS
La Instrucción 17:10–13
En el regreso de la montaña, los discípulos que acompañaban a Jesús tenían un problema que resolver. Habían estado esperando la llegada de Elías, según la profecía del Antiguo Testamento (Mal. 4:5–6). ¿Cómo puede haber venido el Mesías sin la venida de Elías primero?
Jesús explica que Juan el Bautista cumplió la promesa y llevó a cabo la función de Elías (17:10–13). La explicación no niega la posibilidad de que Elías mismo regrese antes de la segunda venida del Señor. Sólo demuestra que Juan hizo lo necesario para cumplir la promesa: preparó el camino para la llegada del Señor.
JUAN EL BAUTISTA CUMPLE LA PROMESA
DEL REGRESO DE ELIAS
El Ejemplo 17:14–21
La historia de la confirmación divina que Jesús es el Mesías termina con una advertencia. Aunque el Mesías ha venido, quienes se identifican con El no tienen una autoridad independiente. El ejemplo del muchacho lunático, controlado por un demonio, demuestra la necesidad absoluta de la dependencia en Jesús. Sólo por la fe en El, podría ocurrir tal milagro.
JESUS ES LA FUENTE DE SU AUTORIDAD
¡PENSEMOS!
Pedro explica el significado de este evento importante para su propia fe en 2 Pedro 1:16–19. ¿Para qué sirvió esta confirmación en la vida de Pedro? ¿Para qué debe servir este testimonio en relación con nuestra fe y nuestra vida?
INSTRUCCION EN PRIVADO 17:22–18:35
Predicción acerca de Su Muerte 17:22–23
Después de confirmar Su persona y Su posición frente a los discípulos, Jesús les da instrucciones preparativas para los días venideros (17:22–18:35). Tiempos difíciles están por delante y tienen que prepararse para enfrentarlos y comprender el plan de Dios. La instrucción empieza con el recuerdo duro que aunque Jesús es el Mesías, tendría que morir pronto.
Precaución acerca de la Ofensa contra los Demás 17:24–18:14
A base de Su muerte inminente, Jesús les instruye para el futuro. El tema principal que se trata en preparación para Su muerte es el problema de la conducta que ofende a otros. El rechazo de Jesús les va a dejar en algunas situaciones difíciles en las cuales sin duda se sentirán ofendidos, y tal vez ofenderán a algunos otros también. Les quiere preparar para tales situaciones. Primero les advierte en cuanto a su propia conducta. Deben tener cuidado para no ofender a otros.
Los Privilegios del Hijo 17:24–27
Cristo utiliza Su propia conducta al pagar el impuesto del templo como un ejemplo a los demás del cuidado que deben tener para no ofender a otros. Como Hijo del Rey, Jesús no tenía que pagar este impuesto. Fue exento por el derecho de Hijo. Sin embargo, pagó el impuesto para no ser ofensa a los demás. No quería ningún obstáculo, a base de Su conducta, que pudiera servir de estorbo para quien estuviera pensando confiar en El.
SU DERECHO COMO HIJO LE EXONERO
PARA NO OFENDER LO PAGO
La grandeza frente a Dios 18:1–5
Jesús continúa advirtiéndoles del peligro de las ofensas a los demás al tratar el concepto de ellos en cuanto a la grandeza. La opinión del mundo que también aceptaban, es que los mayores deben ser servidos. Los otros deben someterse.
Jesús les enseña que deben cambiar su actitud acerca de la grandeza. Una persona verdaderamente grande desde el punto de vista de Dios, no exige que le concedan lo que quiere. Será humilde y se someterá a los demás.
El ejemplo del niño subraya estas dos características de la grandeza frente a Dios. El niño reconoce su pequeñez; no secree grande todavía. Así debe ser quien aspira ser grande frente a Dios. A la vez, tal persona debe someterse para el bien de los pequeños que no le pueden recompensar. De esta manera alcanzarán la verdadera grandeza.
LA VERDADERA GRANDEZA
PERTENECE A QUIENES
* SE HUMILLAN
* SIRVEN A LOS DEMAS
El Peligro de Desviar a Otros 18:6–14
El principio general en cuanto a la grandeza ya presentado, se aplica directamente al tema de las ofensas a los demás. El que es verdaderamente grande, manifestará su interés en otros al tener cuidado de no hacerles caer por medio de su propia conducta. Quien pase por alto esta importante base para la conducta, será juzgado por Dios a causa del daño que haga a los que Dios ama.
Se utiliza la ilustración del cuerpo para subrayar la importancia de eliminar cualquier cosa que pudiera ser ofensa en nuestra vida. Muchos han tratado de aplicar literalmente este pasaje. Algunos se han cortado algún miembro físico del cuerpo con el fin de cumplir con lo que Jesús enseña. Sin embargo, El mismo indica en el Sermón del Monte que el problema mayor no está en los miembros físicos del cuerpo, sino en la mente del hombre. ¡Difícilmente puede uno cortarse la mente!
A veces también se han utilizado estos versículos para enseñar la posibilidad de perder la salvación. Fíjese bien que el pasaje no dice que quienes sean salvos y hagan esto perderán la salvación que tienen. Se les presenta un principio universal de la importancia de luchar por las prioridades indicadas. Es mejor sacrificar lo que es temporal para conseguir lo que es eterno en vez de luchar por lo que es temporal a expensas de lo que es permanente.
MAS VALE SACRIFICAR LO QUE ES TEMPORAL
PARA CONSEGUIR LO QUE ES ETERNO
EN VEZ DE SACRIFICAR LO QUE ES ETERNO
PARA CONSEGUIR LO QUE ES TEMPORAL
Los miembros físicos del cuerpo pueden perderse. Los derechos personales pueden sacrificarse. Pero debemos luchar por el bienestar eterno, tanto el nuestro como el de los hermanos. Quienes están listos para la venida del rey deben reconocer la importancia de estas prioridades y vivir de esta manera.
La verdad que Cristo les quiere enseñar es que deben estar dispuestos a sacrificar cualquier cosa que sirva de estorbo a la obra de Dios en su vida o en la de su hermano que pudiera ser herido por lo que ellos hicieran. Cristo tiene tanto interés en cada uno de ellos que sale a buscarlos y restaurarles. Si se preocupa tanto por ellos, nosotros también debemos estar dispuestos a sacrificar nuestros deseos con el fin de ayudarles. Si la restauración trae gozo al corazón de Dios, ¿No debemos buscar la manera de lograrla?
¡PENSEMOS!
En este pasaje, como en muchos otros de la Palabra de Dios, se nos advierte del peligro de querer exaltarse y salirse con las suyas. El que es verdaderamente grande buscará primero el bien de los demás. Evitará cualquier conducta que pudiera hacer caer a otro.
Hoy en día hay un concepto popular que esta enseñanza no es realista. “¡No se puede vivir así!” Considere su propia vida a la luz de estas palabras de Cristo. ¿Qué le está pidiendo? ¿Habrá alguna costumbre en su vida que pueda ofender a otros? ¿Qué le pide Dios? ¡No deje que el concepto popular interfiera con lo que Dios le enseña! Apunte algún paso o pasos que debe tomar esta semana para cumplir con lo que Dios quiere.
Preparación para las Ofensas de los Demás 18:15–35
En las epístolas del Nuevo Testamento se demuestra que en medio de la persecución los creyentes frecuentemente no se trataron como debían de haberlo hecho. Jesús quiso prepararles para lo que iban a sufrir por causa del maltrato de parte de otros, aun de parte de sus hermanos en Cristo.
La Corrección del Ofensor 18:15–20
Primero Jesús les enseña cómo deben tratarse con quienes les maltratan. En resumen, deben acercarse a ellos en amor, con el fin de corregirles. No se debe buscar venganza. Sólo al haberse terminado todos los recursos disponibles se le debe aplicar las medidas de disciplina.
Los principios específicos para tales casos deben aplicarse en cualquier situación donde alguien nos ofende. Primero, antes de una confrontación pública, la persona ofendida debe acercarse al hermano en privado para tratar de corregir el problema a nivel personal.
Si a nivel personal no se puede resolver el problema, se debe llevar a uno o dos hermanos más. Tales personas servirán como testigos en caso de que el intento de restauración no resulte. Los testigos deben ser personas maduras que puedan ayudarles a solucionar el problema con el fin de no tener que tomar medidas más drásticas. Al arreglarse el problema a este nivel no hay que hacer más. Los hermanos involucrados deben guardar silencio.
Si el caso no se resuelve en privado, se debe llevar a la iglesia. Si la gente involucrada todavía no quiere hacerle caso, deben considerarse como “gentil y publicano”. Los dos grupos mencionados eran despreciados por Israel. Nadie les invitaría a su casa. Se excluyeron de toda actividad del pueblo de Dios. Así deben tratar a quienes no quieren someterse a la corrección de la iglesia. Sin embargo, si ellos se arrepienten, debe haber restauración. La disciplina es para corregirles; no para castigarles.
AL SER OFENDIDO DEBEMOS:
* INTENTAR RESTAURARLE EN PRIVADO
* INTENTAR RESTAURARLE CON TESTIGOS
* INTENTAR RESTAURARLE FRENTE A LA IGLESIA
SOLO AL NO RESPONDER
SE APLICA LA DISCIPLINA
Cristo afirma que la acción tomada así por el pueblo de Dios cuenta con la autoridad de Dios Mismo. El actua a través de Su pueblo para lograr Su voluntad (18:18–20).
El Perdón para el Ofensor 18:21–35
Después de enseñarles cómo corregir al ofensor, Jesús les instruye acerca de la actitud hacia quien les haya ofendido. Aunque la conducta inadecuada tiene que ser tratada, el que ha sido ofendido es responsable también por su propia actitud. Debe perdonar al que le ha hecho daño, no importa cuánto le haya herido.
Al hacer la pregunta en cuanto al perdón, Pedro pensaba que había sido generoso. La interpretación común era que después de tres ofensas ya no había necesidad de perdonar. Pedro lo aumentó hasta siete veces.
La respuesta del Señor exigía mucho más. Cristo no quería decir que contaran hasta 490 veces y que después le cayera encima. Su respuesta indica que debemos perdonar tantas veces que ni vale la pena llevar la cuenta (18:21–22).
La ilustración que utiliza demuestra dos motivos principales para perdonar de esta manera. Primero, deben perdonar a los demás por reconocer el gran perdón de Dios hacia ellos (18:23–33). Al lado de ese perdón, las ofensas en su contra no valen nada. Son pequeñísimas.
Segundo, deben perdonar a los otros por reconocer el sufrimiento personal que el enojo sin perdón produce (18:34–35). Se compara al sufrimiento bajo los verdugos. Así es la aflicción personal de quienes no están dispuestos a perdonar a los demás.
DEBEMOS PERDONAR
A QUIENES NOS OFENDAN
* PORQUE DIOS NOS PERDONO MUCHO
* POR EL SUFRIMIENTO QUE EL ENOJO PRODUCE EN NOSOTROS MISMOS
¡PENSEMOS!
¿Habrá alguien que usted ha ofendido? ¿Le ha pedido perdón? Si no lo ha hecho todavía, no espere más. Decida ir hoy mismo, o por lo menos esta semana a pedirle perdón. Si no puede ir personalmente, escríbale una carta.
¿Habrá alguien que le ha ofendido a usted injustamente? ¿Cómo respondió usted a esta ofensa? ¿Le ha perdonado? En este caso, recuerde la grandeza del perdón de Dios para usted. No deje que el enojo le siga causando aflicción. Perdónele hoy mismo y busque la primera oportunidad para ir a reconciliarse con esa