martes, 4 de noviembre de 2014

POBRE TOMAS: TENIA QUE VER PARA CREER

NOVIEMBRE
4
Pobre Tomás: tenía que ver para creer
Lectura bíblica: Juan 20:24–29
Y no seas incrédulo sino creyente. Juan 20:27
No hay muchos que tengan nada bueno que decir del discípulo Tomás.
Después de que Jesús resucitó y se apareció a sus discípulos a puertas cerradas, Tomás no se encontraba con ellos. Luego, cuando los discípulos le contaron que Jesús vivía, no les creyó. Tomás dijo: “Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás” (Juan 20:25). Cuando Cristo apareció a Tomás, le aceptó el desafío. Le dijo: “Pon tu dedo aquí y mira mis manos; pon acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente” (versículo 27).
Tema para comentar: ¿Qué opinas de Tomás? ¿Es un ejemplo para tu fe, o hubiera sido mejor no incluir este relato en la Biblia?
Está bien, así que Tomás no era tan malo como Judas, el que traicionó a Jesús. Quizá ni haya sido tan malo como Pedro, quien negó tres veces al Señor. Pero de los doce discípulos más cercanos a Jesús durante sus tres años de enseñar y predicar, a Tomás por lo general se lo incluye entre los malos.
Muchos desprecian a Tomás porque dudó. Pero olvidan algo: Tampoco ninguno de los demás discípulos creyó hasta que cada uno había visto por sí mismo la evidencia de la resurrección. Todos los demás ya habían visto las manos y el costado de Jesús. Y lo que es más, Jesús no le dijo a Tomás: “Eres un discípulo malo por dudar de mí”. En cambio, le mostró la evidencia y entonces le dijo que no dudara más. Y, en último lugar, cuando Tomás vio la evidencia, dio una de las confesiones de fe más poderosas de la historia, llamando a Jesús: “¡Señor mío, y Dios mío!” (versículo 28).
Por alguna razón, nos parece que dudar es muy malo. “Los cristianos auténticos no dudan”, decimos. Eso es un mito.
En realidad dudar es el punto de partida de la fe. En el griego, idioma original del Nuevo Testamento, el significado de “dudar” es “inquirir”. Se refiere a alguien que inquiere, pregunta o busca respuestas. Indudablemente hay dudas maliciosas que la gente usa para impedir que otros confíen en Jesús. Pero hay interrogantes sinceros acerca de la fe.
Puedes aprender estas lecciones de alguien llamado Tomás que fue sincero con respecto a sus dudas: la duda es natural. Está bien ser honesto con tus dudas. Y si de veras buscas respuestas, tus dudas serán remplazadas por la fe cuando Jesús te muestre la verdad.
Jesús no quiere que escondas de él tus dudas. Él te ama y comprende tus preguntas.
PARA DIALOGAR: ¿Qué dudas te impiden seguir a Jesús completamente?
PARA ORAR: Señor, cuando resulta difícil confiar en ti, muéstranos más de ti mismo y ayúdanos a creer.
PARA HACER: ¿Tienes amigos que dudan de Dios? ¿Qué puedes contarles acerca de las dudas?
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 4 de noviembre

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